Algunos sostienen que la práctica hace la perfección. “Practice makes perfect” es un dicho muy conocido en inglés pero que examinado de cerca no se sostiene.
La práctica de por sí, no hace la perfección en absoluto. Todos sabemos que para empezar la perfección no existe. Y en el caso de que existiera hipotéticamente, tampoco sería cierto que “la práctica hace la perfección“. Porque cualquier práctica podría estar errada si su ejecución es mala o si su fin es irrelevante al objetivo perseguido.
En el aprendizaje de procedimientos como tocar un instrumento musical o adquirir cualquier destreza motora fina, hay que tener mucho cuidado porque una práctica desenfocada y errónea puede suponer un verdadero desastre.
Nunca insistiré bastante con mis alumnos sobre este punto. Practicar de por sí, siempre va a mejorar lo que hagas, tanto lo bueno como lo malo. Y si se práctica mal, las consecuencias van a ser un desgaste de tiempo, de físico (lesiones) y un tremendo desgaste psicológico, que es el que peor se suele llevar.
Para desarrollar una buena técnica en cualquier campo es necesario ser muy consciente de los fines que se pretenden y de los medios que se utilizan para alcanzarlos. Así como armarse de mucha paciencia. La prisa no es buena consejera en esta materia cuando el fin es el dominio de nuestro propio cuerpo. Por lo menos esa es mi experiencia.