domingo, 25 de diciembre de 2011

Vivir una vida plena




Amanece siempre a la misma hora y en eso estamos todos de acuerdo, latitudes y longitudes aparte. En lo que podemos disentir es en la calidad que imprimimos a la vida una vez amanecida en su nuevo día.

En general y salvo cierto grado patológico de locura, al ser humano le sienta bien la vida. Nos gusta vivirla. Claro que no todo es siempre como nos apetecería. Nada es tan imperfecto como el deseo en un mundo que no depende por completo de nuestra voluntad.

Actualmente nuestra voluntad parece ser esclava de la prisa. La sociedad del siglo XXI nos ha raptado la consciencia y en muchos aspectos la velocidad nos ha robado nuestro sosiego. Casi todo es para ayer en un presente futuro. O sería más adecuado llamarlo sin futuro. Un presente sin calidad no puede tener un futuro digno porque un futuro logrado se impregna siempre de una inmersión total en el presente.

Así las cosas no queda más remedio que aminorar la marcha. Beber a sorbos cada momento presente, como se bebe un buen café cuando se saborea junto a un atardecer soñado entornando los ojos. O como se posa la mirada en el asombro de la belleza, cualquier belleza...

Vivir mucho o poco pero vivir. Si hay algo que cada día valoro más es el arte de vivir poco a poco. Vivir a sorbos cada momento. Esponjar cada segundo y cada minuto que transcurre en mi. Agarrar el tiempo por la espalda y “tironearlo” un poco a mi gusto. Flexibilizar cada instante y ensanchar el silencio que me rodea en un acto consciente que a veces olvido.
Valorar el presente es vivir una vida plena. Lograr la vida, poca o mucha pero lograrla.

En cada presente hay una oportunidad esperándonos. Una posibilidad de que apreciemos lo que siempre ha estado ahí, esperándonos parsimoniosamente. Todo es cuestión de reflexionar y sacar algo en claro. De nosotros depende hacer que el tiempo y la paz sean nuestros aliados. Para ello hemos de extender nuestras manos y abrazar la eternidad del momento y resignarnos a vivir poco a poco...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Anochecer

© Amancio Guillén


Hace tiempo que quería escribir sobre lo que siento, sin embargo nunca reuní la suficiente fuerza de voluntad para comenzar a relatar hechos y experiencias que quizá a nadie interesen.

La mayoría de los momentos más relevantes de mi vida he pensado en música. Otros piensan en otras cosas. Mi caso no será único pero por ser mío si es especial para mi.

También he pensado en las causas que pudieran provocar una mejora en los planos musicales y en mi vida. He conseguido ciertos avances, he descubierto incertezas más que seguridades. también he sido capaz de reconocer el esfuerzo que me ha llevado a veces a nadas presentes, a presenciar vacíos...

Si algo he aprendido ha sido a respetar mi propia experiencia. No siempre ha sido fácil admitir la infructuosa realidad, desandar los caminos recorridos. En esos momentos pensaba que tenia una lección más para compartir con alguien, al igual que yo menesteroso, perdido ante el asombro de tantos interrogantes.

Confío en seguir presenciando y sintiendo que aún quedan preguntas y alguna que otra respuesta, no muchas. No dudo de que algún día habrá un anochecer. No me entristezco por ello. Escoger la vida es aceptar sus consecuencias, sus interrogantes...

Hasta otro momento. Me despido por hoy, está anocheciendo. Espero que mañana amanezca de nuevo. Daré las gracias por ello si así fuera. Más vale un por si acaso que un yo me creía...por si acaso, gracias vida...


lunes, 17 de octubre de 2011

Paseando por Venecia


Foto: En una calle de Venecia

Hubo un tiempo en el cual a alguien se le ocurrió cantar, quizás sólo un poco; una tentativa tal vez de expresar lo que sentía. Algo muy importante como para dejarlo al albur del paso del tiempo y de la suerte.

Han pasado muchos siglos desde que el primer ser humano emitió sonidos no ya con la intención de crear arte en sí, sino para tratar de expresar lo inexpresable a través del sonido, de su sonido, de su voz, de sí mismo.

Hoy he recorrido Venecia y he traído a mi mente estos recuerdos asociados a dos personas que estaban expresándose en las calles y al mismo tiempo, pero de modo secundario ganando algún dinero para poder pasar ya no el día, sino pasar por la vida dignamente.
Dos personas que tocaban el violín y la guitarra en una plaza de Venecia. No eran músicos como se les suelen llamar malamente “callejeros”. No me gusta esa expresión para un ser humano porque creo que tiene cierta connotación despectiva. Eran músicos que habían preferido elegir la calle para expresar su arte y punto.

Les compré su disco y me hice unas fotos con ellos y unas risas, que siempre sientan bien.
Aquí os dejo un bonito recuerdo de ellos y les deseo lo mejor de lo mejor, para que con su bonita música sigan alegrando las maravillosas calles de cuentos de hadas de la bellísima Venecia.


viernes, 22 de julio de 2011

Concierto de Chick Corea "Return to Forever"


Como dije a través de twiiter estuve en el Concierto de Chick Corea en el marco de los Veranos de La Villa de Madrid.



La aventura Sonora duró dos horas llenas de peripecias ritmicas características de Chick y de una emoción intensa. No podia ser de otro modo con los musicos que estaban en el escenario.



Foto: Con Chick Corea

Chick Corea, músico maravilloso y persona estupenda, sencilla. Da gusto encontrarse a personas así por la vida. Enhorabuena Chick por tu gran obra y tu amabilidad! Gracias Maestro!!



Foto: Con Frank Gambale

Con el Maestro Gambale. Sus solos son autenticos torrentes de notas y de sensibilidad. Gracias por hacerme pasar ratos tan emocionantes Frank!



Foto: Con Stanley Clarke

Otro gran músico que emocionó al público con la energía que desborda en el escenario. Gracias Stanley!



Foto: Con Lenny White

El señor maestro Lenny White. Un músico y una persona excelente y atenta. El soportaba el peso del grupo en sección rítmica. Todo un fenómeno. Gracias Lenny!



Foto: Con Jean-Luc Ponty

Con el maestro Jean-Luc Ponty. Todo un maestro también del violín con una personalidad única. Gran persona que me atendió estupendamente. Gracias Jean-Luc!





viernes, 27 de mayo de 2011

El Flamenco para mí


© Amancio Guillén

Me gustaría explicar con palabras precisas y claras lo que entiendo por Flamenco en un mundo en el cual vivimos rodeados de materialismo. Materialismo que alcanza en alto grado también a las artes y por tanto al Flamenco.


El Flamenco al ser lenguaje musical in situ, es decir al crearse “él mismo” en una relación de diálogo musical de personas que confluyen para crearlo (Los flamencos) escapa a todo intento vano de petrificarlo en meras fórmulas.


Se han hecho intentos muy dignos y esforzados por transmitir a través de fórmulas parte de su esencialidad. Pero esos intentos desde mi perspectiva nunca alcanzan ni de lejos a explicar el dinamismo que el Flamenco como lenguaje creado en el mismo “acto de interpretación” representa.


Aquí no hablo solamente de aprender a cantar, bailar o tocar en sí. Voy más allá de lo aparente, de lo puramente objetivo. Porque puedo aprender, por ejemplo, un toque por Soleá, pero eso de por sí, si no va acompañado de el conocimiento dinámico del flamenco “en movimiento”, no me hace comprender la esencia flamenca; su génesis interna por decirlo de algún modo.


La esencia del Flamenco es lenguaje sonoro en relación, está más allá de su mera interpretación mecánica. Puedo tocar, cantar o bailar una Soleá, pero hay una diferencia abismal entre tocar, cantar o bailar una Solea y tocar, cantar y bailar “Por” Soleá.


Ese “Por” marca, señala, alumbra por así decirlo el espacio en el cual vive el autentico flamenco; el espacio en el cual el flamenco hace acto de presencia. Es decir, ese “Por Bulerías”, “Por Tangos”, “Por solea” , etc…. remite a un lenguaje dinámico que solamente el verdadero flamenco está capacitado en su relación con otros flamencos a crearlo. Ese “Por” es como una linterna que al igual que las luces de un campo de futbol iluminan el terreno de juego por la noche, alumbra el campo de juego de relaciones que crean al flamenco, ya no como música en sí, sino como lenguaje.


De ahí que señale que el Flamenco no es un “medio para” crear Flamenco sino que el Flamenco es el “medio en el cual” él se crea a sí mismo (y por eso nace) gracias a la interrelación de dos factores: las posibilidades que el propio Flamenco da y las posibilidades que los flamencos le dan. En esa interrelación creada por las normas implícitas del propio Flamenco (en tanto lenguaje) y las posibilidades que los flamencos le dan con su iniciativa, nace propiamente el lenguaje Flamenco.


Sé que estas reflexiones a algunas personas acostumbradas a ver la superficialidad y no penetrar en la realidad del Flamenco, podrán resultarle extrañas, incluso muy distantes. Y si esto resulta así será probablemente porque aún no han comprendido, no han llegado al núcleo verdadero, corazón profundo de dónde nace su verdadero lenguaje.


No hablo de purismo, ni de palabras sin vida que han rodeado tanto lamentablemente al flamenco, estoy tratando de explicar, de penetrar profundamente, más allá de las palabras, en una realidad que solamente cuando estás inmerso en ella puedes comprender en su verdadero alcance y esencia.




jueves, 26 de mayo de 2011

Música, Vida y Emoción


© Amancio Guillén
Foto: Con Rafa Villalba y Ángel Muñoz

Una voz secreta me susurraba: "Aquí abajo hay muy pocas personas felices y satisfechas: su destino siempre es el dolor y la pena. Quizás algún día tus obras serán una fuente donde los abrumados, los agobiados por preocupaciones, hallarán momentos de alivio y descanso". Éste era un poderoso motivo para seguir adelante. HAYDN


Al leer estas palabras de Haydn me he puesto a pensar en la actitud de un gran músico como Haydn y de las experiencias tan humanas que todas las personas vivimos.


Música, vida y emoción. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez en un momento bajo y la música ha servido para sacarlo a flote de un océano vacío?. La desesperación se instala en nuestras vidas cuando creemos que ya todo es en vano y nada queda por vivir. Se pierden las ilusiones y la persiana de la ventana que nos daba una luz de esperanza, cae como un peso muerto desde un abismo, dejándonos desamparados en la más triste oscuridad.


Es importante recordar el bien que hace la música a la sociedad: a veces somos muy olvidadizos y muy injustos con ella. En Grecia se consideraba a la música una parte primordial de la educación integral del ser humano. El mismo Platón la consideraba fundamental para elevar el alma hacia un ideal de perfección.


Yo no sé si de perfección o no, pero sé que la música ha sido para mi una gran amiga que me ha acompañado un incontable número de veces en mi vida. Desde la infancia, con guitarra o sin ella, siempre ha estado a mi lado recordándome que siempre esta ahí, estará ahí, en los momentos buenos o malos, para poder apoyarme en su hombro y dejarme llevar por ella a su refugio invisible.


Quién no ha sido devuelto a la esperanza por la música en algún momento de su vida. La música es lo último que se pierde, como la esperanza. Todos en mayor o menor grado tenemos nuestras músicas y músicos especiales que nos muestran con sus obras la grandeza del alma. Nos rescatan del sinsentido, del vacío del absurdo, de la desesperanza si se quiere. Mientras haya música y esperanza habrá vida porque la música llena de esperanza nuestra vida, como el río llena de esperanza los mares y océanos de nuestra tierra.


Música, vida y emoción. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez en un momento bajo y la música ha servido para sacarlo a flote de un océano vacío?. Gracias a todos los músicos que han contribuido a hacer nuestra vida más acogedora y confortable. Su música ha hecho que conozcamos la belleza que se oculta tras el velo de lo ignoto así como la alegría del asombro ante el misterio. También de la esperanza que junto a la música, es lo último que se pierde.

martes, 24 de mayo de 2011

Un Estado Especial


© Amancio Guillén


Acabo de componer una falseta de bulerías. Es sólo una falseta, un trocito de música. En mi cabeza aún resuena su melodía y sé que esa melodía la grabaré y tendréis ocasión de escucharla en mi próximo disco flamenco.


Todo esto ocurría en mi estudio, en la soledad buscada de mi estudio. Cuando he salido de él para relajarme (componer cansa mucho mentalmente) he tenido un pensamiento súbito, repentino. Un pensamiento de esos que ayudan a clarificar tu vida, a sentar aún más la base personal y orientarte aún más.


El ser humano va buscando en general aprobación. Eso está bien, siempre que no sea enfermizo, porque lógicamente a todos nos gusta que nos aprueben en cierto modo. Hablo de un sentido de aprobación honesto, sin falsedades, no de la palmadita falsa en la espalda, deshonesta, sino de una felicitación sincera por algo que a uno le ha supuesto un esfuerzo también sincero.


Pero pensándolo bien, aunque nos pueda gustar una enhorabuena ajustada a la realidad, no necesariamente la necesitamos; es decir, podemos vivir físicamente sin halagos. Puedo vivir mi vida y tu la tuya sin la aprobación de los demás. No vas a morir (afortunadamente) porque no te feliciten, eso está claro.


¿Has estado alguna vez absorto en algo que de verdad te atraía hasta el punto de olvidarte de ti mismo? Que preferirías en ese momento, ¿qué te dijeran lo “bueno” que eres o que te dejaran sin molestarte para no interrumpir tu gozo?...

¿Ves la diferencia? ¿qué preferirías la aprobación o que te dejaran tranquilo en ese momento? Creo que elegirías que en ese momento te dejaran tranquilo o tranquila, que no interrumpieran ese estado absorto que te invade cuando estás como los niños felices: jugando.


La falseta de bulerías ha sido consecuencia de mi estado y no de mi ego. Si cuando la escuches te gusta, será para mi un placer haber contribuido un poquito a tu felicidad o satisfacción. Es como este escrito que lees, si está contribuyendo a que pases un rato agradable, me daré por satisfecho. He escrito absorto en el pensamiento que me inspiraba y me traía cada palabra y cada frase a estas líneas, no para buscar nada, solo por sentir el “estado”; ese estado de paz y tranquilidad que tanto me gusta, y nada más.



jueves, 28 de abril de 2011

Un por qué para vivir




Me pregunto hoy sobre el cambio de los tiempos. La tecnología, el sentido de la amistad, las conversaciones de los vecinos del barrio en verano en la puerta de sus casas, compartir una cerveza en el portal charlando de lo que sea, los juegos de los niños en la calle, los amigos en las plazas viendo pasar a las niñas guapas del barrio y piropeándolas, tantas vivencias…


Recuerdo con alegría esa época. Eso no quiere decir que la eche de menos ni la extrañe, pero si que me inspira hoy a inmergirme en el sentido del valor de lo que me rodeaba.


Por ejemplo, los discos, el vinilo. En mi barrio solamente había una tienda de discos. Yo la rondaba a menudo a pesar de la escasez de material que allí había. Algunos discos de importación, de jazz, pocos de pop, y claro la gran mayoría eran de flamenco. Cuando digo mayoría, es una forma de hablar, porque cuando hay pocos discos no creo que se pueda hablar de mayorías.


Si quería encontrar algo más, tenía que desplazarme al centro de Sabadell. Allí había algo más, en especial de música clásica y algo de Piazzolla recuerdo, pero no mucho más. Podías encargar, eso sí, pero nunca te prometían nada, porque en aquella época de los setenta y pocos, todo era mucho más lento; también más incierto en cuanto a mercancías musicales.


En contraste con esa escasez, habían muchas ganas. Hoy también hay ganas de aprender pero antes las ganas eran muy profundas. Recuerdo que en mi caso y en el de muchos, era escuchar un disco cientos de veces. Y no sólo eso, era aprendérselo entero. Todo: cante, acompañamiento, solos, falsetas, palmas…


Un disco no era un simple disco, era una fuente de posibilidades que te remitían a unas realidades inalcanzables desde un barrio de Sabadell. Incluso el tratamiento, el cuidado que uno hacía de ese material, era de un respeto sumo, porque si se te estropeaba podías quedarte un buen rato sin oírlo de nuevo, a no ser que quedase algún ejemplar en la tienda, lo cual nunca era seguro.


Teníamos poca información realmente, pero sin embargo sí que teníamos formación, no nos quedaba más remedio. Tenías que configurar tu destino profesional en base a pocos materiales y a mucho esfuerzo, pues aprender era muy difícil. Había mucho secretismo. Nadie, o muy pocos querían compartir lo que sabían pues pensaban que si compartían lo que sabían peligraría su mundo, su trabajo.


Poca información pero mucha formación. Se puede decir que en mi caso me he hecho a mi mismo, al igual que otros muchos. Me he dejado los oídos derretidos sacando música con un casete, aprendiendo de oído lo que otros sabían y no compartían. Recuerdo que mi hermano Rafael y yo, llevamos un aparato de casetes a un técnico para que lo “preparase” para que le entrara menos voltaje. Así, la cinta rodaba más lenta y se podían sacar las cosas mejor, aunque eso sí, había que bajar la afinación de las guitarras ya que cambiaban los tonos de la música.


Pero era bonito. Cuando sacabas un solo de guitarra de alguien gracias a tu esfuerzo, era sentirse pletórico, con posibilidades, con potencialidad. Uno era su propio motor de arranque, nadie tenía que decirte lo que tenías que hacer…no tenía casi nada a mi alrededor, los “víveres” musicales escaseaban, solamente eso sí, mucho amor por el flamenco y también ganas, muchas ganas de aprender con seriedad…


“Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos.”

Nietzsche



martes, 26 de abril de 2011

Las Dudas ¿Quién no las tiene?


© Amancio Guillén

He pasado por muchas etapas en mi vida personal y en mi vida profesional. Creo que como a todos nos ha pasado en algún momento, las dudas han rondado por nuestra cabeza como águilas que esperasen ver a las dudas infiltrándose en nuestra mente para cazarlas y mostrárnoslas enfrente de nuestra conciencia, para que contemplemos nuestras debilidades, nuestras dudas al descubierto.


Dudar lo hace a uno vulnerable, lo hace humano. La vida te enseña a dudar. Se duda de lo incierto e incierto es casi todo. Quizás el laberinto, el nudo se desenreda en cuanto comprendemos que no es la duda en sí lo que nos ciega, sino nuestra relación con ella.


Para mi la vida es como un juego de estrategia en el cual cada movimiento está concatenado al siguiente, ligado al siguiente. Y de las jugadas que hagas así será tu juego. Las dudas son parte del juego. Muchas veces has de mover pieza o ficha en periodos de incertidumbre. ¿Quién no ha tomado decisiones dudando porque no todo era transparente como la esfera de un reloj...?


Pero hay que decidir y la duda acecha siempre. Para mi comodidad he admitido hasta con agrado que mis dudas se relacionan ahora conmigo a la manera de consejeras o asistentes personales. Cuando dudo, me recubro de un baño de humildad, porque esa duda significa para mi que estoy en el buen camino: no lo sé todo. Ya que en los momentos de duda, no me queda más remedio que aceptar que mi visión podría no ser la única. Si no dudase de nada ni ante nada, podría considerarme un ser inflexible y ahí entraría en el terreno del dogmatismo; lo cual no me gusta nada, ya que es un terreno propicio para falsear la realidad, para adaptarla a la teoría, a “mi” supuesta teoría, lo cual desde mi punto de vista no sería ético.


También he de ser sincero y admitir que en las cosas esenciales, fundamentales no suelo dudar. Es más en lo accesorio por regla general. Tampoco dudo de mi mismo, va contra mi religión. Soy la persona con la cual paso más tiempo y ese tiempo me ha ayudado a conocerme. En especial, a conocer mis límites y tratar de ser feliz dentro de ellos. Es mi forma de entender la libertad. Ser libre dentro de mis limites, quizás eso sea el paraíso terrenal...


En resolución, creo que conocer mis límites como ser humano y dudar me ha hecho crecer porque mis dudas me han ayudado a cuestionar mis límites y a veces a romperlos y autosuperarme. El día que deje de dudar, será el punto final a un destello de luz que un día brillo en la eternidad del universo y que sus padres le pusieron el nombre de Juan Manuel, por cierto, también tocaba la guitarra.




sábado, 23 de abril de 2011

Ensayo con La Filarmónica de Berlín en Salzburgo


Foto: Llegada al Teatro de Salzburgo

Estoy llegando al teatro en el cual vamos a ensayar. Por mi mente expectante las ideas me traían luces de ilusión. Uno nunca sabe nada ante lo nuevo, lo incierto, pero si que puede tener seguridad en el esfuerzo realizado para las ocasiones importantes, que son las que requieren esfuerzo.


Esta ocasión es muy importante para mi, porque es la primera vez que toco el Concierto de Aranjuez, con una orquesta magnifica. Soy consciente de la dificultad de lo que se avecina. Allí sobre el escenario nada es fácil cuando se trata de tocar una obra de esa envergadura. Me mueve la ilusión y me gusta el reto, de pequeño quería ser astronauta…en serio.



Foto: Probando Sonido


Ya en el teatro la prueba de sonido empieza a dar forma de lo que será el ensayo. La prueba de sonido es como una parrilla de salida del sonido de mi guitarra. Siempre es importante sentirse lo mas a gusto posible con el sonido, pocas veces se consigue. Son muchos factores: la sala, el equipo, las distancias, la acústica, mil cosas al mismo tiempo. Hay que ser paciente porque de la prueba de sonido depende mucho la comodidad de la actuación. Lleva su tiempo. Tiempo del cual no siempre se dispone.


Foto: Llegando los miembros de la Orquesta

Van llegando los miembros de la Filarmónica. También se van acomodando. Me preguntan cosas sobre el flamenco: la acentuación de nuestros ritmos, nuestra manera de entender la música, el compás, la improvisación, la espontaneidad…son personas con ganas de aprender. Da gusto encontrar que el flamenco puede llamar tanto la atención y la curiosidad de unos grandes músicos de la vertiente de la música clásica.



Foto: Ensayando El Concierto de Aranjuez

Después de los respectivos saludos con Sir Simon Rattle, el director de la Filarmónica, empezamos el ensayo. En sus palabras de mi presentación a los demás miembros de la orquesta dijo que hoy estamos con un artista invitado, un artista flamenco y que el flamenco es una música en la cual hay que mantener buen tiempo, buen pulso, no se puede correr… en el flamenco se ha de mantener muy buen tempo.

Foto: Fin del ensayo

El ensayo era con publico que por cierto llenaba la sala. Y como estábamos todos muy contentos, en la fotografía estamos Sir Simon Rattle abrazándonos de alegría y dándonos un abrazo que sella lo maravilloso de un gran encuentro y por qué no, de dos grandes músicas, como la clásica y el flamenco.



domingo, 17 de abril de 2011

¿Qué nos exige la tecnología?

© Amancio Guillén

Actualmente en el terreno musical la tecnología ha alcanzado un grado de expansión enorme. Cualquier persona tiene a su alcance los medios necesarios para poder desarrollar por cuenta propia lo que antes era exclusividad única de las discográficas.


Esto indudablemente es un gran avance. El que una persona pueda producirse su propia música y difundirla a través de Internet hace que esa persona se realice de una manera inimaginable hasta hace pocos años.


Esta situación desde el punto de vista democrático es fantástica, ya que nadie queda exento de poder expresar su voluntad musical. Es innegable que ahora más que nunca, cualquier grupo o persona, puede tener su Facebook, Myspace, etc. A su disposición para por esos medios difundir su música o la interpretación de la música de otros.


Esta situación propicia para la creatividad conlleva también otra cara de la moneda. Es fácil y cómodo pensar que porque algo guste a una mayoría o tenga cierto éxito o repercusión social de algún tipo, ese algo represente ya de entrada un avance musical. Pero no necesariamente lo más “exitoso socialmente” es lo más plausible desde el punto de vista de calidad musical y exigencia creativa original, que todo buen músico y artista ha de estar constantemente buscando.


Si esto es así, si la masa del público se mueve por impulsos y no a merced de un análisis y un razonamiento profundo, vamos a caer irremediablemente por una pendiente de trivialidad y negación inconsciente de los valores musicales que verdaderamente enriquecen los planos más espirituales de nuestra alma.


Y concretamente refiriéndome al flamenco, nos vamos a encontrar con un notable retroceso musical si somos incapaces de analizar y valorar con rigor lo que escuchamos. Porque una cosa es oír música y otra escucharla. Escucharla está en un plano muy superior, ya que el propio escuchar requiere una escucha estética de la música, y esto ya implica una preparación y un criterio por parte del oyente, que la mayoría de las veces está ausente.


Esta ausencia de criterio en muchas personas solamente podría suplirse con una humildad aplastante por parte de la propia persona: darse cuenta de que no sabe de lo que no sabe. Pero no por ello hay que afligirse ni apenarse, pues afortunadamente hay un gran legado de obras que nos han dejado los grandes maestros en el campo de la música que están a disposición de cualquier persona que de verdad quiera instruirse y culturizarse musicalmente hablando.


Hasta que el nivel de exigencia de la enseñanza musical en la escuelas de este país no suba de nivel y nazca una nueva generación de jóvenes preparados con un oído educado en el sentido estético para captar hasta los más fines matices musicales, no nos queda más remedio que instruirnos por cuenta propia escuchando de verdad grandes obras musicales y buscando no lo superficial sino lo realmente profundo y significativo.


Esto es lo que la tecnología exige de nosotros si queremos filtrar y cribar la mediocridad musical que nos rodea tan ampliamente: tomar la responsabilidad de instruirnos a nosotros mismos. Y como decimos en España: “en el país de los ciegos el tuerto es el rey” y “a río revuelto ganancia de pescadores”. Para que esto no ocurra no nos queda más remedio que elevar nuestro nivel cultural respecto al arte musical y de esta manera ganaremos todos: nosotros y las generaciones venideras.





sábado, 16 de abril de 2011

Nuevos Proyectos


© Amancio Guillén


Los que seguís este blog, vuestro Cañiblog, habréis notado que últimamente no escribo tan a menudo como sinceramente me gustaría.


Esto no es debido a un abandono de mi voluntad de escribir sino que se debe a diversos motivos y proyectos.


En este momento estoy realizando un disco que saldrá después del verano y otro que si todo marcha bien quiero tenerlo acabado para la primavera del 2012. Ambos proyectos discográficos son conceptualmente distintos aunque anexados por mi forma particular de entender la música, por mi pensamiento musical.


En otro ámbito, también me encuentro escribiendo un libro sobre mi modo de entender la música flamenca y mi sistema de pensarla. Es un libro que quiero difundir a un sector amplio del público, que no necesariamente ha de saber leer música para entenderlo, ya que todos los conceptos estarán ejemplificados por mi en uno o varios CD´s, dependiendo de su volumen.


También tengo pendientes otros proyectos de menor amplitud pero no por ello dejan de exigir de mi una calidad y una entrega que siempre quiero mantener por ética personal y profesional.


Y por supuesto lo más cercano es el concierto del 1 de mayo en el Teatro Real con La Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Sir Simon Rattle y sus correspondientes ensayos en Salzburgo y Madrid.


No obstante , intentaré en la medida que mi tiempo me lo permita, seguir plasmando mis pensamientos en este vuestro Blog y seguir encontrándome con vosotros, con vuestras opiniones y vuestras inquietudes, compartiendo esos momentos tan maravillosos que me brindáis con vuestros comentarios. Hasta pronto.



miércoles, 30 de marzo de 2011

Mi concepto de la Libertad Musical


© Amancio Guillén

A raíz de un comentario de un seguidor del Cañiblog voy a aclarar lo que entiendo por libertad musical, para mostrar que mi concepto de libertad es un concepto meditado y no una palabra que digo así, casi por automatismo.


Libertad, creatividad, opciones, ser yo mismo, hacer lo que me venga en gana! Y frente a todo eso automáticamente pensamos: limitaciones, opresión, represión! Ante este dilema ¿Quién no escoge las palabras del primer término, la palabra Libertad, Creatividad, Opciones…?


Dilemas, caminos opuestos en apariencia. ¿Qué hacer? ¿He de elegir entre mi libertad compositora o reprimir mi inspiración?


Puestas así las cosas, el camino es claro: Libertad!


Pero observemos más de cerca el fenómeno, quizás no haya tal dilema. Lo explicaré con un ejemplo personal, porque es ahí donde más puedo aportar, desde mi propia experiencia y en primera persona.


Imaginemos que quiero componer una Granaína. Un toque flamenco que aparentemente es un toque de los llamados “libres” en cuanto a métrica. Si yo simplemente escucho en una Granaína unos cuantos acordes, unos matices, y un ligado ascendente del traste 2 al 7, y poco más, estaré viendo ese estilo como algo en efecto, libre.


Al ver ese estilo de ese modo, en realidad estoy contemplando ese estilo más o menos como un objeto, algo que puedo utilizar para mis fines musicales, al igual que utilizo una silla o muevo a un vaso para beber.


Pero ese estilo, la Granaína, no es un simple objeto musical para utilizarlo a mi antojo, como una silla o un lápiz. Ese estilo musical, tiene una historia. Ese estilo no es un simple solo de guitarra, es mucho más. Es un estilo que tiene una melodía cantada y tiene muchas características y valores musicales estéticos, que solamente un oído educado, versado en esa forma musical, puede detectar.


Es más, ese estilo ha servido de vehículo de expresión a todo un pueblo: el pueblo andaluz. Un pueblo que gracias a cantaores y cantaoras, ha evolucionado a través de una tradición. En esa tradición se inserta la Granaína de una forma personalísima y como una parte musical que enriquece el cosmos del lenguaje flamenco, el todo flamenco.


A razón de lo dicho anteriormente, la Granaína, al entenderla como un cúmulo de orden histórico y estético, y no como una aparente sucesión de sonidos, me está dando unas posibilidades. Mejor dicho, en cuanto conozco profundamente el estilo de una Granaína, ella por sí sola empieza a aportarme posibilidades creativas para componer mi propia música, para liberarme.


Una vez que yo he acompañado a muchos cantaores por Granaínas, he aprendido multitud de falsetas y he vivido su esencia y carácter, es entonces y solamente entonces, cuando la Granaína adquiere para mi no solamente un significado, sino algo más importante, adquiere un sentido! Esa es la clave: Sentido!


Y ese sentido es el que me permite darle alas a mi libertad. Y esa forma musical, la propia Granaína, es la que va a marcar el cauce, la pauta de mis ideas musicales y por lo tanto, más que reprimirme en mi libertad, me libera, porque mis ideas musicales tendrán un Sentido Musical por Granaínas. Y será mi propia ética y estética musical, la que dictará si eso que estoy componiendo tiene significado y sentido, desde el punto de vista de esa forma musical!


Entendida así la libertad en la composición, en realidad soy más libre que el que hace lo que se le antoja sin sentido cabal del porqué de esa tradición. Porque esa tradición me da otra libertad, otro sentido de la libertad, que el desconocimiento jamás me daría por sí solo.


Entonces ya no hay dilema, libertad o represión, ya no he de componer en un vacío formal. Porque la Granaína por sí misma, me encauza, me encamina, me alumbra y me inspira. Entonces es cuando en mi conciencia, en mi espíritu y en mi alma, aparece la maravillosa sensación de sentirme libre al componer, porque es la propia composición la que le da significado y sentido al verdadero acto creador.


martes, 29 de marzo de 2011

El valor de lo Humano


Foto: Con los niños de La República Dominicana

Estoy pensando en las conexiones que a todas las personas nos unen. No las pienso de una manera superficial, sino como si fuera un entramado en el cual el pasado y el presente nos unifica, nos acerca.


Yo tengo una experiencia de vida y tú que me lees tienes otra, probablemente muy diferente a la mía. Pero si ambos estamos ahora mismo comunicándonos a través de este escrito, es porque entre nosotros hay un nexo que hace posible nuestro encuentro.


Me fascina esa interrelación de los seres humanos y soy consciente de ese poder de enriquecernos mutuamente. Somos hijos de un tiempo y un espacio en un plano físico pero al mismo tiempo mucho más que ese simple encuentro. Aunque no te vea ni sepa quien eres, te valoro porque eres un ser humano como yo, que además de compartir un espacio y un tiempo, compartes tu interactividad con el escrito, con una parte de lo que pienso y comparto en este momento contigo.


Y también valoro este encuentro virtual ya que gracias a él, estamos manteniendo una conversación y unas emociones imaginarias. Mi vida al igual que la tuya es un entramado de relaciones, de personas, de vivencias y experiencias que nos han enriquecido y nos han enseñado a valorar la vida que compartimos ambos, aquí y ahora.


Soy hijo de muchísimos encuentros al igual que tú. En mi vida personal, mi vida profesional, en mis relaciones, me he hecho a mi mismo gracias a otros y a mi carácter. Y eso lo comparto ahora contigo. Tú también estás compartiendo conmigo, aunque no te vea, tus experiencias; porque gracias a lo que has vivido, así será tu lectura de estos párrafos que nos hacen compartir un ratito cercano, aunque quizás distante en espacio y tiempo.


Mi vida modelada, se ha compuesto de relaciones y encuentros. Encuentros fortuitos, encuentros provocados, pero en definitiva de encuentros. Por supuesto a veces hay diferencias entre las personas. Eso es la grandeza también. El contraste en las relaciones es lo que nos hace progresar a todos los seres, siempre que ese contraste sea positivo y enriquezca nuestras vidas.


Con lo que te aporto en tanto ser, en tanto experiencia humana, te doy un alimento espiritual que te permite contrastar mi pensamiento con lo que tú ya tienes en ti. De ahí podemos construir una relación que en sí no es solamente de dos personas: es un entramado de relaciones. Yo no sería yo sin mis relaciones y vivencias pasadas ni tú tampoco. Nos relacionamos en este medio de dos en dos, pero en realidad es la suma múltiple de nuestras experiencias como seres humanos, y ahí entran las personas que han sido significativas tanto para ti como para mi, en esta relación.


Por eso mi visión del mundo la considero amplia, tanto en lo profesional como en lo personal. Porque profesionalmente no sería quien soy sino fuese por mis maestros directos e indirectos, ni personalmente tampoco sería quien soy sino hubiera tenido las relaciones humanas que han contribuido a configurar con mi permiso mi personalidad.


Por eso me importan los valores, por eso me importa el ser humano, por eso me importas tú que estás ahí leyéndome anónimamente, silenciosamente, reconociéndote en esta relación virtual, conversando calladamente conmigo a través del texto, de tus relaciones pasadas y de tus vivencias. Gracias por conversar conmigo en alguna parte profunda de tu alma…

lunes, 28 de marzo de 2011

Del todo y de las partes


© Amancio Guillén

Para algunos el flamenco a entrado sin ellos saberlo en una etapa: la del reduccionismo.


El reduccionismo supone tomar algunas partes por el todo y el todo por algunas partes. Lamentablemente esto es así en muchos casos y también para demasiadas personas.


Se dan distintas clases de reduccionismo en el flamenco: algunos lo reducen a lo instintivo, otros a lo meramente formal y otros lo reducen tanto, que lo amplían hasta difuminarlo, aunque parezca paradójico.


En la práctica hay muchos que se dicen flamencos pero no salen de cuatro o cinco palos: bulerías, tangos, alegrías, etc. Recordar de vez en cuando que existen antologías de cante flamenco que están repletas de multitud de estilos y que esos estilos están repletos de matices, es algo necesario para acabar con la simplicidad a la cual estamos llegando con el flamenco, en sus formas musicales.


En cuanto a la reducción de lo flamenco a lo instintivo solamente, he de decir que nadie nace en sí musicalmente instintivo. Nadie ve a un bebe y dice de él que “es muy instintivo” en el sentido artístico. El flamenco, al igual que cualquier arte, se convierte en instintivo después de un bagaje cultural propiciado por el ambiente y el interés que tenga cada persona en captar ese sentimiento artístico que flota en ese ambiente. El flamenco llega a hacerse instintivo, pero es algo más que lo instintivo por sí sólo.


Y luego está el reduccionismo a formulas. Es decir, tomar la cadencia flamenca, utilizar sus escalas correspondientes y tocar sobre un ritmo de 12 tiempos. Esto es lo que quiero decir cuando reducimos el flamenco a pura formula. Aparentemente se está queriendo hacer flamenco pero en realidad, precisamente por querer hacer de una formula un pasaporte musical para viajar a cualquier parte, la esencia flamenca se difumina, porque en la formula no está la esencia , sólo la representación esquemática de una música. Un mapa del mundo musical flamenco, que no es el flamenco, el territorio flamenco.


No hablo aquí de tendencias musicales ni nada por el estilo. Simplemente hablo del peligro que supone no ser conscientes de la amplitud de una música tan seria como el flamenco. Pero quizás sin proponérmelo, estoy hablando tal vez, de un síndrome social que se da hoy en día en muchos campos: la de infravalorar por desconocimiento y a veces por pereza intelectual, la inmensidad de matices que nos rodean tanto sociales, como culturales y humanos.


Reducir el flamenco a meras formulas, estilos o “instintividad” es desde mi punto de vista, rebajar de estatus a nuestra música y no darle la amplitud y verdadero valor que merece. Pensemos en ello y actuemos en consecuencia. No veamos las partes como el todo y viceversa. Todos saldremos favorecidos ya que veremos al flamenco como un campo de posibilidades para crecer y desarrollarnos culturalmente desde el conocimiento cabal y completo de su esencia, y no como un objeto externo que podemos manipular con una visión sesgada de su profunda realidad intrínseca.

viernes, 25 de marzo de 2011

Concierto en Alemania


Foto: Concierto en Munich


Tocar fuera de mi país supone siempre una alegría para mi, al igual que tocar en mi país. El exportar flamenco y el darme cuenta de lo que otros países aman nuestra música es maravilloso.


El párrafo anterior viene a colación de mi concierto en Munich estos días. Da gusto en cualquier lugar sentirse como en casa, y así nos hemos sentido todos los miembros de mi banda que hemos dado el concierto en Alemania.



Foto: Concierto en Munich

Juan Carlos Gómez, Rafa Villalba, Charo Espino, Ángel Muñoz, Iñigo Godaracena, Carlo González, Mariko Ogura y yo hemos sentido el calor de nuestro hogar estando en un país extranjero, pero tan cercano, como todos a los que vamos con nuestra música, por muy lejos que se encuentren.


El público ha salido muy contento del teatro y eso siempre es un motivo de felicidad, ya que hace que mi trabajo tenga aún más sentido.


La organización ha sido magnifica y hemos disfrutado de unos días de verdadero calor humano a nuestro alrededor.



Foto: Concierto en Munich


Volveremos pronto de gira por Europa y por otros países del mundo. En Junio vuelvo a Alemania y espero volver a encontrarme a un público que se emociona, siente y vive el flamenco tanto o más que algunos españoles. Eso demuestra que las emociones que el flamenco levanta, crean felicidad en el corazón de cualquier ser humano, sea de dónde sea y dondequiera que se encuentre. Gracias Alemania por vuestros jubilosos aplausos. Nos veremos muy pronto. Hasta entonces, un gran abrazo!



domingo, 20 de marzo de 2011

Compromiso social


© Amancio Guillén


En la entrada anterior, he planteado una cuestión que para muchos puede suponer un reto: estudiar música o no.


Como mi responsabilidad y compromiso social es hasta cierto punto relevante para la gente más joven, me encuentro en el deber de crear un ámbito en el cual defiendo, por encima de todo el conocimiento. No por gratuidad, sino porque creo aún en el progreso genuino del flamenco, desde la tradición y el conocimiento.


También trabajo en pos de borrar la imagen que lamentablemente muchas personas tienen de nosotros los flamencos: la de gente inculta. Opinión reforzada en algunos sectores por ser algunos flamencos los que han fomentado el prestigio de la incultura: si no sabes leer eres más flamenco, si no sabes música aún más y si has “pasao” hambre ya no digamos.


Estos tópicos han dañado mucho nuestra imagen como músicos, ya que a ese prestigio de la incultura también se le han asociado la fiesta, el cachondeo y hasta una “forma de vida” particular. A este respecto, recuerdo una anécdota de la autobiografía de Miles Davis.


Estudiaba Miles Davis en la Julliard en New York, y una profesora daba una clase sobre el Blues. Esta dijo algo así como que el Blues era una música poco más que de esclavos y que para sentirlo, había que haber pasado fatigas. Entonces se levantó Miles indignado, contestándole con vehemencia que de eso nada, que el venía de una familia adinerada, y que él sentía el Blues tanto o más que cualquier esclavo que recogiera algodón en el campo, sin tener que pasar por esas penurias.


Esta anécdota demuestra que una personalidad que podría haber seguido el tópico que rodeaba socialmente al Blues, se reveló porque en realidad, nada tenía que ver el sufrimiento en un campo de algodón con la sensibilidad artística del ser humano. Era un salto demasiado grande para una mente segura.


Cuento estas cosas para que reflexionemos y pensemos por nosotros mismos, con el fin de no dejarnos llevar por opiniones externas sin cuestionar el nivel de precisión que presentan. Nada se aprende sin cuestionar, porque la misma duda crea la distancia mental necesaria para analizar si lo que nos cuenta es así o no.


En las entradas del Cañiblog, hablo de cosas variadas, pero siempre cosas que puedo corroborar a través de mi experiencia. Por eso, cuando propongo estudiar música, no es por un afán gratuito de hacerle perder el tiempo a nadie, sino porque veo una carencia en nuestra formación en este siglo.


Y además porque desde mi posición social en la cual mi opinión puede afectar a mucha gente joven, me encuentro en la responsabilidad de contribuir con mis opiniones y sugerencias a crear una opinión pública respecto al flamenco, más acorde y consecuente que si simplemente me guardo lo que pienso sin “mojarme”.


En una sociedad en la cual prima el modelo “todo vale” para muchos, creo que es fundamental pensar con rigor y seriedad. Porque ese pasotismo generalizado nos puede llevar a una pérdida de humanidad y a unas turbulencias sociales en las cuales, por falta de valores positivos, se puede tener el peligro de perder el norte y lo que es más importante, el respeto por el ser humano y su formación y educación.


Si “todo vale”, cualquier cosa es válida y por tanto incuestionable. Me parece que esto es ir demasiado lejos, especialmente cuando está en juego el compromiso social que todos tenemos y el ser humano en su totalidad, es decir, nosotros.



sábado, 19 de marzo de 2011

Estudio armónico


© Amancio Guillén


Ya son muchas las veces que he pensado en dejar de hablar del tema tabú para la mayoría de los flamencos: el desconocimiento del lenguaje armónico estructurado. Son muchas veces como digo pero lo que está pasando a estas alturas del siglo XXI con los jóvenes flamencos me parece preocupante como para no mostrar mi punto de vista al respecto.


A veces me digo: “tío déjalo ya, a ti que más te da; tampoco es tu problema porque realmente el problema lo tienen ellos, por no ponerse a estudiar armonía en serio”. Y lo sé, no es mi problema claro, pero sí es mi deber moral señalar tanto lo bueno que tenemos, como lo no tan bueno.


Los flamencos somos unos músicos realmente tremendos en nuestro aspecto rítmico y en nuestro sentido musical, uno de los más difíciles del mundo que a cautivado a muchos músicos de otros ámbitos musicales. Es esa nuestra fuerza y al mismo tiempo podría ser nuestra debilidad.


El creernos que con nuestro sentido rítmico y nuestra intuición nos va a bastar para estar en el mundo no es realista. No se si habéis observado que todo cansa. ¿No os ha pasado que discos que escuchabais hace diez años hoy ya no os cuentan lo mismo? ¿No os parece que nuestro gusto necesita alimentos nuevos para estar siempre activo?.


A mi personalmente me pasa. No se exactamente porqué, pero me pasa. Ya no flipo tanto como antes con las cosas con las que flipaba y tampoco se me va la pinza con las nuevas tendencias y vanguardias, que a mi no me parecen tales. Pero en fin, es solamente mi criterio.


A lo que voy es que si no hay una inquietud genuina, verdadera por aprender lo que aún nos queda por aprender en tanto conocimiento ya estudiado por otros maestros de la música, nos quedaremos estancados y entraremos en un punto muerto, en el cual el flamenco quede patinando en el barro observando a lo lejos las autopistas del conocimiento científico de la armonía tonal, mientras nosotros seguiremos con nuestros cuatro acordes, pero cada día más cansados de darlos.


A algunas personas podría sonarle esto que digo a decadencia y realmente tendrían razón. El no ocuparnos en aprender la mecánica de la armonía imprimiéndole nuestro carácter flamenco nos va a llevar a correr como un hámster que utilizando mucha energía siempre permanece en el mismo sitio.


Si los flamencos armónicamente no nos ocupamos de transitar conscientemente con mapas por otras calles armónicas, lo único que conseguiremos es o bien aportar armonías aleatoriamente o bien recorrer la misma avenida hacia arriba y hacia abajo, mirando las mismas casas, los mismos semáforos, las mismas esquinas y más de lo mismo conocido; y todo eso por no atrevernos a coger nuevas avenidas por las que podríamos seguir divirtiéndonos, haciendo llegar nuestro sentimiento musical a otros barrios y a otras armonías que nos están esperando para seducirlas con nuestro arte.


Si esto no lo estudiamos creo que es más por pereza que por falta de medios y creo que el flamenco como “empresa” se merece ejecutivos eficaces que sepan llevarlo a una nueva dimensión, donde va a primar el intercambio de ideas y la comunicación con otros músicos de las más variadas esferas musicales. Y lo más importante, por nosotros mismos y por el flamenco en sí. Ojalá mis palabras no caigan en saco roto. Ánimo y estudiemos, no es tan difícil y además es divertido. Os lo aseguro.





viernes, 18 de marzo de 2011

Concierto Solidario por Japón


Foto: Durante la prueba filmada por TVE

Ayer di un concierto en Sevilla que dediqué a Japón. Como sabéis Japón está pasando momentos de dolor, tanto físico como sicológico.


Quiero agradecer al público que llenaba la sala Joaquín Turina de Cajasol, su asistencia, respeto y solidaridad con este concierto homenaje al país Nipón.


Japón como sabéis es un país al cual muchos artistas flamencos hemos ido a mostrar nuestro arte flamenco y hemos sido siempre bien recibidos y tratados por este gran pueblo.


Yo quería con este acto mostrar mi solidaridad y “darme” en mi arte al igual que todos mis compañeros de “viaje musical”. Ellos son Charo Espino, Ángel Muñoz, Rafa Villalba, Iñigo Goldaracena, Juan Carlos Gómez, Carlo González y Mariko Ogura. Ellos han puesto su corazón y su arte en cada nota musical con todo el amor y cariño, para dar su arte a este país tan ejemplar en todos los sentidos y con el cual todos nos sentimos tan cercanos en su dolor y en su corazón.


También deseo dar las gracias a todas las televisiones y todos los periodistas que se han puesto en contacto conmigo con su sentimiento compartido y que han dedicado su tiempo y han dado preferencia a cubrir con su profesionalidad este evento. Gracias por divulgar la noticia.


Gracias también a los críticos que el día después del recital han dado su opinión sobre el concierto, pero en especial gracias a los críticos que han criticado el concierto haciendo mención al trasfondo del acto, a la dedicatoria al pueblo japonés. Han demostrado una gran sensibilidad humana y por supuesto su solidaridad con Japón.


Por supuesto gracias a mi amigo Manuel Herrera por organizar este gran ciclo, que lleva tantas magníficas ediciones y también a todas las personas que han colaborado en la realización de este acto, así como el ciclo los “Jueves Flamencos” en general.


En el público había muchos Japoneses amantes del flamenco, entre ellos el Cónsul General de Japón en Andalucía el señor José María Cabeza, que dijo unas palabras emocionantes encabezando el acto. En sus palabras dijo que a los primeros trenes que se crearon en Japón en 1964 se les llamaron Kodama, que significa Eco, Hikari, que significa Luz y faltaba otro nombre para el siguiente tren. Claro, se pusieron a pensar en algo más rápido que un eco y que una luz, y entonces se les ocurrió el nombre de Nozomi, que significa Esperanza y que es más rápida que la luz y que el eco . Y con esa Esperanza despido esta entrada de hoy, con la Esperanza de que en un futuro cercano en Japón brille la Luz y la Esperanza y que como un Eco nos llegue su aliento a todas las personas que hoy escuchamos expectantes desde la distancia su corazón herido.



sábado, 12 de marzo de 2011

Japón está destrozado


Foto: Con mi familia de Japón Mi suegro Shigeo, mi mujer Mariko, mi cuñada Kumiko, mi suegra Yukiko y yo en Tokio

Estoy viviendo hoy 11 de septiembre un turbulento día, nunca mejor dicho. Hoy la tragedia ha invadido Japón. Varios terremotos están en este momento ocurriendo allí. Lo estoy siguiendo en directo a través de la NHK por Internet.

El panorama, las imágenes son desoladoras. La gente atrapada, pueblos desaparecidos, barcos en la carretera, pueblos ardiendo, una central nuclear suministradora de electricidad paralizada, zonas evacuadas, personas a la intemperie con mucho frío en las calles y por si fuera poco, ahora ha empezado a nevar en Japón.

La comunicación telefónica es difícil, pues las líneas están colapsadas. Todo el escenario es muy desolador, y desde la distancia, la incertidumbre trata de paralizarte, aunque la razón pide paciencia, una espera, hasta tener más información.

“Japón está destrozado” me dice mi mujer en este mismo momento, con lágrimas en los ojos. Asiento en silencio, es el único gesto que nace de mi corazón mientras pienso para mis adentros los miles de muertos y de familias destrozadas que sufren y que piden que ojala toda esta tragedia acabe pronto. Suena otra señal en la televisión, es una señal que avisa de otro terremoto… más muertos, más familias destrozadas, más corazones desolados, llorosos…

Tengo familia allí en Japón, afortunadamente por el momento están bien. El teléfono no para de sonar, son los amigos y amigas preguntándonos a mi mujer y a mi si todos se encuentran bien, si nosotros estamos bien. Gracias a tod@s los que llamáis preguntando por mis familiares.

Japón está destrozada, familias enteras, el pueblo entero está destrozado. ojala esto acabe pronto. Gambate Japón. Mucho ánimo y mucha fuerza.