viernes, 27 de mayo de 2011

El Flamenco para mí


© Amancio Guillén

Me gustaría explicar con palabras precisas y claras lo que entiendo por Flamenco en un mundo en el cual vivimos rodeados de materialismo. Materialismo que alcanza en alto grado también a las artes y por tanto al Flamenco.


El Flamenco al ser lenguaje musical in situ, es decir al crearse “él mismo” en una relación de diálogo musical de personas que confluyen para crearlo (Los flamencos) escapa a todo intento vano de petrificarlo en meras fórmulas.


Se han hecho intentos muy dignos y esforzados por transmitir a través de fórmulas parte de su esencialidad. Pero esos intentos desde mi perspectiva nunca alcanzan ni de lejos a explicar el dinamismo que el Flamenco como lenguaje creado en el mismo “acto de interpretación” representa.


Aquí no hablo solamente de aprender a cantar, bailar o tocar en sí. Voy más allá de lo aparente, de lo puramente objetivo. Porque puedo aprender, por ejemplo, un toque por Soleá, pero eso de por sí, si no va acompañado de el conocimiento dinámico del flamenco “en movimiento”, no me hace comprender la esencia flamenca; su génesis interna por decirlo de algún modo.


La esencia del Flamenco es lenguaje sonoro en relación, está más allá de su mera interpretación mecánica. Puedo tocar, cantar o bailar una Soleá, pero hay una diferencia abismal entre tocar, cantar o bailar una Solea y tocar, cantar y bailar “Por” Soleá.


Ese “Por” marca, señala, alumbra por así decirlo el espacio en el cual vive el autentico flamenco; el espacio en el cual el flamenco hace acto de presencia. Es decir, ese “Por Bulerías”, “Por Tangos”, “Por solea” , etc…. remite a un lenguaje dinámico que solamente el verdadero flamenco está capacitado en su relación con otros flamencos a crearlo. Ese “Por” es como una linterna que al igual que las luces de un campo de futbol iluminan el terreno de juego por la noche, alumbra el campo de juego de relaciones que crean al flamenco, ya no como música en sí, sino como lenguaje.


De ahí que señale que el Flamenco no es un “medio para” crear Flamenco sino que el Flamenco es el “medio en el cual” él se crea a sí mismo (y por eso nace) gracias a la interrelación de dos factores: las posibilidades que el propio Flamenco da y las posibilidades que los flamencos le dan. En esa interrelación creada por las normas implícitas del propio Flamenco (en tanto lenguaje) y las posibilidades que los flamencos le dan con su iniciativa, nace propiamente el lenguaje Flamenco.


Sé que estas reflexiones a algunas personas acostumbradas a ver la superficialidad y no penetrar en la realidad del Flamenco, podrán resultarle extrañas, incluso muy distantes. Y si esto resulta así será probablemente porque aún no han comprendido, no han llegado al núcleo verdadero, corazón profundo de dónde nace su verdadero lenguaje.


No hablo de purismo, ni de palabras sin vida que han rodeado tanto lamentablemente al flamenco, estoy tratando de explicar, de penetrar profundamente, más allá de las palabras, en una realidad que solamente cuando estás inmerso en ella puedes comprender en su verdadero alcance y esencia.