Estos días estoy practicando el Concierto de Aranjuez que como sabéis voy a interpretar con la gran Orquesta Filarmónica de Berlín el 1 de mayo en el Teatro Real de Madrid. Y de repente, en un compás, las cosas se empezaron a complicar y aquello no sonaba como yo quería. Entonces empezó la investigación.
Tenía dificultades en un salto de la mano izquierda. Es como si vas en el coche en un alegre día de primavera disfrutando del paisaje y tu coche empieza a hacer movimientos extraños y el volante empieza a vibrar. Te paras a un lado de la carretera, empiezas a rodear al coche como si buscaras a alguien escondido y descubres que una rueda está pinchada. Primer problema práctico, con lo bien que iba todo hasta ahora…
Mis dedos caminaban sobre el mástil de la guitarra y de pronto algo interrumpía el flujo de lo que estaba tocando. Primer problema práctico ¿qué pasa?, con lo bien que iba todo hasta ahora…
En ambos paralelismos entre el coche y los dedos en el mástil hay mucho en común ¿Por qué? Bueno porque algo corta el flujo de ambos y entonces tienes un problema a resolver ¿cómo?. Bien, aquí estamos ante un problema de investigación para resolver algo práctico.
En el caso del coche o bien cambias la rueda (si sabes) o te buscas la vida para llamar con el móvil a una grúa, o pides ayuda a otr@s automovilistas que pasen por allí. Pero en cualquier caso, el problema ya no es el pinchazo de la rueda en sí sino en cómo resolverlo.
En el caso de la mano izquierda, se trataba de cambiar algo en el cual no había tantas opciones estándares como en el de la rueda. Entonces descubrí que cambiando el orden de los dedos se solucionaba el problema. Cambiar ese orden me llevo un día entero!
La investigación es algo que hacemos tod@s sin darnos cuenta. En especial cuando algo rompe el flujo, la “rutina” de algo que hacemos o funciona bien, y entonces hemos de plantearnos cómo volver a hacer que el agua vuelva a su cauce. Necesitamos investigar.
Por eso pienso que investigar es algo innato en el ser humano y no algo que solamente ocurre en los laboratorios. Y después de resolver los problemas gracias a tu investigación, sientes una gran alegría, porque gracias a tu pensamiento has logrado subirte de nuevo al coche o hacer que la música vuelva a fluir y vuelves a disfrutar del viaje…de la vida.