Estoy pensando estos días sobre la nueva dimensión mundialmente reconocida por la UNESCO que ha alcanzado el Flamenco como patrimonio inmaterial de la humanidad. Y empiezo a pensar en ciertas reformas que creo sería conveniente plantearse.
Estos días algo ha cambiado y va a seguir cambiando con respecto al enfoque del flamenco como música en el mundo. Son varios los factores que influyen en este enfoque pero hoy voy a centrarme básicamente en dos: necesidades y transmisión de valores musicales.
¿Estamos preparados para afrontar con seriedad el reto de divulgar el flamenco a los niveles de calidad y exigencia que la ocasión requiere?.
Un niño mal alimentado no puede crecer. El flamenco no podrá crecer si no se crean unas redes amplias por las cuales pueda esparcir sus semillas. El flamenco necesita de canales específicos pensados para él. Aquí no vale un maquillaje con cuatro programillas en los medios de información y divulgación ya conocidos. Aquí se impone pensar una estrategia muy definida para hacer llegar el flamenco a los sectores más diversos de la sociedad y sin distinción de razas ni de estatus sociales. El Flamenco es cultura y como tal ha de llegar a todos, pero para eso, me reitero, necesita de una estrategia y unos canales específicos para que pueda crecer.
Por cierto, una apreciación. Si la guitarra es como muchos dicen tan importante en el flamenco, ¿Por qué no hay más ofertas en los Festivales Flamencos? ¿Por qué no hay más canales para ella?. Llevo muchos años tocando la guitarra por todo el mundo y cada vez me doy cuenta de que los guitarristas flamencos somos una golosina para guitarristas y músicos de otras músicas. Y como anécdota personal, he actuado mucho más como solista y también acompañando al maestro Paco de Lucía, fuera de mi país que en él. Significativo ¿no crees?...
El flamenco tiene unos valores culturales y musicales que se han de transmitir si queremos aportarle progreso. Ya se han escrito muchos libros sobre la historia del flamenco pero muy pocos sobre las propias obras del flamenco. Los artistas tenemos también nuestra responsabilidad al respecto. Pongo un ejemplo conmigo mismo. Ahora estoy escribiendo y utilizando mi idioma para ello pero ¿estoy yo preparado para explicar la gramática de la lengua española?. Sinceramente no. Tengo un conocimiento procedimental de cómo utilizar el lenguaje (al igual que el artista flamenco con su arte) pero no tengo un procedimiento declarativo (es decir no puedo explicar lo que hago).
La mayoría de artistas flamencos tenemos un conocimiento del hacer pero no un conocimiento del explicar lo que hacemos en un lenguaje musical universal. Esto es un hecho. Esto es así, que nadie se sienta ofendido ni “depre” por ello. Es mejor hacer frente a la realidad por muy dura que sea que ignorarla. No podemos seguir en el siglo XXI explicando el flamenco en base a la intuición. Al loro los más jóvenes que tienen en teoría más tiempo para ello.
La música clásica o el jazz entre otras son un buen ejemplo de cómo a través de su bibliografía específica, han sobrevivido y perdurado en el tiempo. Sus maestros han sabido manejar un lenguaje musical que ha permitido crear una bibliografía extensa de sus obras. Por eso, en cualquier lugar del mundo un músico clásico puede leer una partitura de Chopin o un Estándar del Real Book. En el flamenco en este terreno nos falta camino por recorrer. Empecemos cuanto antes.
He hablado de responsabilidades, de necesidades y de valores porque creo que es fundamental volver a las bases. Y en cualquier cultura la base ha de ser sólida. Arropemos a nuestro hijo, démosle buenos alimentos y aire fresco y mimémoslo, porque es nuestro patrimonio, es lo que tod@s hemos creado, no lo alimentemos con golosinas y con comida basura. Démosle lo mejor al flamenco porque no se merece más maltratos. Cuidemos nuestro Flamenco.